Por Isbel Díaz Torres
Hermanos de Esquife: nos han dado una gran lección.
Aquellos faltos de fe, aquellos huérfanos de alegría, aquellos sin proyecto luminoso en sus miras, no podrán comprender lo que significa parir y celebrar los diez años de un niño como Esquife. Pero ustedes lo han parido día tras día. Ustedes saben que sea cual sea la circunstancia, no podrán renunciar a la responsabilidad que implica emprender un proyecto que no tiene marcha atrás.
Estos diez años de ejercicio del pensamiento no podía tener otra fiesta que el I Encuentro Teórico MEDIOS DIGITALES Y CULTURA; y no podía tener otro carácter que ecuménico. Necesitamos del ecumenismo en estos tiempos, ese que vimos en las salas del Museo de Bellas Artes y en la Casa de la Poesía los días 15 y 16 de este mes; ese que, como nuestra arquitectura, otorga un aire ecléctico, indisciplinado, poético, a nuestra realidad.
Hermanos de Esquife: nos han dado una gran lección.
Aquellos faltos de fe, aquellos huérfanos de alegría, aquellos sin proyecto luminoso en sus miras, no podrán comprender lo que significa parir y celebrar los diez años de un niño como Esquife. Pero ustedes lo han parido día tras día. Ustedes saben que sea cual sea la circunstancia, no podrán renunciar a la responsabilidad que implica emprender un proyecto que no tiene marcha atrás.
Estos diez años de ejercicio del pensamiento no podía tener otra fiesta que el I Encuentro Teórico MEDIOS DIGITALES Y CULTURA; y no podía tener otro carácter que ecuménico. Necesitamos del ecumenismo en estos tiempos, ese que vimos en las salas del Museo de Bellas Artes y en la Casa de la Poesía los días 15 y 16 de este mes; ese que, como nuestra arquitectura, otorga un aire ecléctico, indisciplinado, poético, a nuestra realidad.
Bien lo decían ustedes, Esquife no es Andrés, ni Yanet, ni Jorgito… no, Esquife es esa extraña sensación de ser uno en la pluralidad, en la construcción colectiva de un espacio. Es esa extraña entrada en el pensamiento no único, sino unitivo (robándole la palabrita a Jorgito), que añoramos y por el que luchamos muchos.
El evento fue un éxito, si es que esa palabra significa alguna cosa distinta de vanidad. Pero en verdad fue un éxito antes de que comenzara. Porque quizás parte del gran valor que tuvo fue el proceso de construcción, donde ustedes tuvieron la capacidad de entregarlo a quienes se acercaron con ánimos de participar, de incorporar nuevas ideas, o de quitar otras no funcionales, es decir, una entrega de verdad.
EL GUARDABOSQUES, como parte de ese otro proyecto abarcador y terriblemente bello que es Observatorio Crítico, les agradece las puertas abiertas. Abiertas desde mucho antes del evento (por suerte), pero abiertas especialmente en esta fiesta para la transformación común, para la lucha contra las burocracias que asoman tímidas, para la expresión de la poesía que no para de robarse todos los espacios existentes y por existir.
Nos han entregado Esquife. Ha dejado de ser de ustedes. Ahora navega libre en el ciberespacio o mejor, en el mar del pensamiento y el sentimiento cubanos. Tormentas nuevas o viejas no lo harán sucumbir en su incansable trasiego.
(Nota publicada como Editorial del Boletín ecológico El Guardabosques)
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